Desde que Argentina
volvió al Grupo Mundial de Copa Davis en 2002 ganó las diez primeras ruedas que
le tocaron y así año a año logró asegurarse un lugar en la primera categoría de la
competencia por equipos más importante del tenis, objetivo que no consiguió ni
siquiera la poderosa España. También es el país que más veces llegó a las
semifinales en la última década con cinco y es junto con Australia la segunda
nación que disputó mayor cantidad de finales en este siglo, solo superada por los ibéricos. Claro
está que todas estas estadísticas positivas pierden validez cuando se menciona
una sola negativa: históricamente somos el equipo que más veces llegó a la final y todavía no la
ganó. Duele.
Particularmente mientras transcurría la semana y se
acercaba el comienzo de la serie con Republica Checa sentía nervios, muchos
nervios. Era raro porque desde que empecé a seguir fielmente esta maldita copa (allá
por 2005, 2006) nunca me había pasado algo así inclusive en ninguna de las tres
finales. Quizás que en vez de periodista debería estudiar brujería porque en
este caso parece que preveía el panorama negro que hoy rodea a todos los que somos fanáticos de este
deporte.
Incluso con
la ya anticipada baja de David
Nalbandian Argentina seguía siendo favorita para pasar el escollo checo y
llegar a su quinta final de la historia y tercera en 6 años. La ecuación era más
o menos así: Del Potro vence a Stepanek, Mónaco pierde dándole pelea a Berdych,
el dobles era el punto más difícil en el que sería una derrota previsible y el
domingo se lo da vuelta con los triunfos de “delpo” sobre el número seis del mundo y
de “pico” ante el veterano jugador que debía sentir el desgaste de haber jugado
los tres días. Juan Martin hizo su tarea en primer turno del viernes ganando
relativamente fácil y rápido y puso al equipo adelante 1 a 0. Era el turno del
otro Juan que está viviendo su mejor temporada en la cual ya se metió por
primera vez en su vida al top ten, consiguió tres títulos este año y todos
sobre polvo de ladrillo superficie preferida suya y en la que se jugó está
semifinal. En realidad el argentino entraba de punto a la cancha simplemente porque
en frente tenía a alguien que se mantiene en la elite del tenis desde hace más
de cinco años, que venía de quedar entre
los cuatro mejores del último Grand Slam de 2012 y con el que había perdido las
seis veces que se habían enfrentado, pero Mónaco hoy es uno de los mejores
jugadores de canchas lentas y puede ganarle a casi todos en este tipo de
terreno. En un partido sumamente extraño el tandilense llegó a estar 2-1 en
sets y 4-2 en el cuarto lo que hacía suponer que los capitaneados por Martín
Jaite iban a cerrar un primer día perfecto. Pero ahí apareció el mejor
repertorio del visitante que consiguió ocho juegos seguidos y se llevó un
partido muy irregular ganando 6-4 en la quinta manga.
El sábado fue
uno de los peores días para el país en la Copa, no solo porque
en el dobles se dio la lógica derrota en set corridos de Eduardo Schwank
y el debutante Carlos Berlocq ante los mismos jugadores que habían visto acción
el día anterior, si no por la baja de Juan Martín Del Potro para el día
domingo. La muñeca que lo tiene a maltraer desde hace más de un mes le impedía
a la mejor raqueta del equipo jugar el cuarto punto de single ante Berdych y
nuestras chances de reeditar la misma final del año pasado con los españoles
eran casi nulas. Baldazo de agua fría en pleno Junio.
Sin embargo
no había que perder la del todo la esperanza, porque si bien Berlocq tiene un
ranking bastante inferior al de su reemplazado (y por ende también al de su
rival), el nacido en Chascomús también está viviendo un año excelente y a base
de buenos resultados se clasificó para ser uno de los cinco tenistas nacionales
que formaron parte de la delegación que representó al país en los Juegos
Olímpicos de Londres y dos meses después fue convocado por primera vez a sus
jóvenes treinta años para integrar el equipo argentino en una semifinal. Además
había que tener en cuenta que en esta competición se producen las mayores
sorpresas de este deporte ya que se juega en un ambiente futbolero y el público
toma un papel preponderante en el partido, cosa que en el circuito mundial no
pasa.
Pero no.
“Charly” hizo lo que pudo ante un rival que estuvo incluso más inspirado que el
viernes y cuando este muchacho juega así es casi invencible. Fue una derrota en
tres sets pero muy digna del argentino que jugó bien hasta donde lo dejaron
pero obviamente no alcanzó. Con esta
victoria Republica Checa conseguía dar el golpe, romper el invicto de Argentina
en el Parque Roca y llegar a su cuarta final en la que busca por segunda
vez ese título que ya consiguió de la
mano del gran Ivan Lendl en 1980. ¿Su rival? España, claro.
Está derrota duele y mucho. Parecía que la mesa
estaba servida para comer por primera vez de la “ensaladera” más sabrosa del
mundo tenis, sin embargo por h o por b el destino deportivo no nos ve preparado
para eso y después de ver la salida de los jugadores hoy del estadio le doy la
razón. Para ser campeón de Copa Davis tenemos que colaborar todos: empezando
por los jugadores y el capitán, pasando por la dirigencia y terminando por el
público. ¿Los IMBECILES que silbaron al equipo cuando se fue de la cancha pensarán
que así están ayudando?. Gente no se confunda, a mi me encanta el clima que se
vive cuando somos locales pero por más que se parezca esto no es fútbol…
Esté es un deporte de caballeros. Si de
verdad queremos sacarnos está espina que tenemos clavada y que cada vez duele
más la única forma es hacerle caso al gran Papo e ir TODOS juntos a la par.
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