miércoles, 2 de octubre de 2013

ME CONTARON DE VILAS, CONTARÉ DE NALBANDIAN

"EL HOMBRO NO DA PARA MÁS".
Fueron las palabras
que dio para justificar su decisión
David Nalbandian anunció públicamente su retiro del tenis profesional. Las dos exhibiciones de noviembre en las que enfrentará a Rafael Nadal tanto en su Córdoba natal como en Buenos Aires serán las últimas dos funciones de este mago de la raqueta.
Mentiría si dijera que esta decisión sorprendió. Si bien el impacto de su confirmación fue fuerte, todos sabíamos que esto podría llegar a pasar. Las continuas lesiones que sufrió  principalmente en el último tiempo sirven de sustento como para ponerle fin a 13 años de una impecable carrera. Para los que amamos el tenis es triste,  pero bajo estas circunstancias volver a verlo jugar era casi una utopía.
Irrumpió en el circuito llegando nada más ni nada menos que llegando a la final de Wimbledon con tan solo 20 años, algo que no consiguió ningún otro argentino. Aquella definición perdida ante el entonces número uno del mundo Leyton Hewitt auguraban años de glorias. Y vaya si se cumplieron. Llego a las semifinales en todos los torneos de Gran Slam marcando otro record a nivel nacional y llegó a ser el tercero en discordia en el ranking cuando la dupla conformada Roger Federer y  Rafael Nadal estaba en su mejor momento y lo dominaba a piacere. Aquella tercera posición mundial alcanzada en 2006 es solo superada por la segunda (debería haber sido primera)  de Guillermo Vilas a fines de la década del 70. Otro pergamino más para el cordobés.
Las más de 380 victorias, los 11 títulos en su carrera y, principalmente, su inmenso talento para hacer lo que quiere cuando quiere con  la pelotita y la raqueta son reconocidos en el mundo entero. No fueron pocas las veces en las que los mejores del mundo admitieron que cuando jugaban en contra de él eran víctimas de golpes pocas veces vistos. Federer, Nadal, Ágassi, Moya, (por solo nombrar unos muy pocos) alguna vez sucumbieron ante el crédito de Unquillo que a base de su calidad se ganó su lugar entre los grandes.
SE DERRUMBÓ. Momento en el que gana
la final de Master ante Federer en 2005.
Cómo olvidar aquella vez en la que, admitido por el mismo Nalbandian, tuvo que cambiar su equipo de pesca preparado para sus vacaciones por el raquetero cuando llegó la confirmación de que por las bajas de algunos jugadores entraba por la ventana al Copa Master de Shanghái. Debía disputar de manera inesperada el torneo de fin de año en el que solo se enfrentan los mejores de cada temporada. Por suerte se sacó rápido el rápido el chip de las cañas y las carnadas para pescar el título más importante de su vida en China. Su victoria  en la definición sobre el gran Roger en el mejor año del suizo  lo catapultó al estrellato definitivo.  No fue la única vez que fue el verdugo del mejor de la historia: lo venció en la definición de su primer título Master 1000 en Madrid en 2008 semana anterior a lo que fue su segunda conquista en este tipo de torneos en el que barrió a Rafael Nadal en el encuentro cumbre disputado en París. Cerró así dos semanas de ensueño.
PURA EMOCIÓN. Las lágrimas de alegria
posteriores a la victoria ante Soderling en
el Parque Roca. Una de sus mejores en Davis.
 Párrafo aparte merece su relación con la copa Davis, una historia de amor no correspondido. Sin dudas David fue el mejor jugador argentino en el certamen por equipos más importante.  Si bien en cuanto a record positivo también está debajo de Vilas creo que la manera de jugarla cada vez que le tocaba, los triunfos que consiguió y el reconocerla como prioridad antes que el circuito lo hacen acreedor del ser reconocido como el mejor de todos. Desde el tremendo y exitoso debut que tuvo en Rusia ganando un histórico partido de dobles con Lucas Arnold, pasando por la paliza que le dio a Hewitt en Australia  en 2005, los dos puntos conseguidos con mucha autoridad en la final ante los mismos rusos un año después, el maratónico encuentro en  Buenos Aires ante Soderling al que venció con el 50% de sus posibilidades físicas, el quinto punto conseguido en Estocolmo en 2010 prácticamente sin entrenar porque venía de una larga inactividad y terminando con la inmensa victoria conseguida junto con Horacio Zeballos este año ante la durísima pareja francesa que sirvió para encaminar una victoria que en los papeles estaba perdida desde que se conoció el cruce. Muchos. Tantos que seguramente cuando termine de escribir me agarré la cabeza por no haber puesto alguno. Es que con solo tenerlo en el equipo las posibilidades de ganar crecían enormemente aunque no esté en su mejor momento físico o tenístico.
Pero claro que cometió errores. De no ser así  no se entendería la razón por la cual no cumplió su sueño de levantar la “ensaladera de plata”. Y si uno ve la columna del debe sin lugar a dudas está no haber podido solucionar su problema con Juan Martín Del Potro. Aquella guerra de egos que explotó en la final contra España en Mar del Plata y nunca se solucionó .No poder tener a nuestras dos estrellas tirando para el mismo lado atentó con la posibilidad de poder cumplir esa ilusión que año a año nos desvela. Así como lo desvelará a él saber que finalmente no pudo cumplir su gran deseo.
LA IMAGEN QUE MÁS DUELE. Disputó tres finales y no ganó ninguna.
Sin dudas su gran cuenta pendiente.

David Nalbandian ya es un ex tenista. Para volver a ver sus toques mágicos quedará las exhibiciones mencionadas ante en el  monstruo español en la que se retirará a toda orquesta ante su público que tanto quiere y lo quiere. Después de eso no quedará más que buscar imágenes en Internet para deleitarse con un talento sin igual y decir durante esos minutos que dure el video: “¡TA’ LOCO ESTE TIPO!”.

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