Este
deporte se trata de de momentos, y más en partidos largos, y más en una final
de Grand Slam. El escocés se llevo las la primera manga de manera muy ajustada
en tie-break en casi una hora y veinte minutos de puro talento, y luego,
rápidamente, se adelanto 4-0 en el segundo. Sin dudas era su momento. Pero
apareció el incansable serbio que ganó cinco juegos consecutivos y se puso
adelante. De pronto el momento había cambiado. ¿Y entonces cómo explico
que ese segundo parcial se lo llevó el nuevo número 3 del mundo? Y…. fue MUY
indeciso el señor momento.
Categóricos.
Esa me parece que es la palabra adecuada para describir lo que fueron el tercer
y cuarto set: 6-2, 6-3 a favor de Djokovic que volvió a meter la pelota
adentro, dejó de lado los errores tontos y se acercó mucho más a ese jugador
intratable que había eliminado a Juan Martín Del Potro un par de noches atrás.
Parecía que empezaban a pesar los 5 títulos de Grand Slam que posee el campeón
de este torneo en 2011 contra las cuatro puertas que se le habían se habían
cerrado en las narices a Murray y que le prohíba hasta ese momento entrar al
Olimpo del tenis. No había ningún tipo de dudas que el favorito para el
quinto era Novak, por que venía con el ánimo en alza y porque a su
rival de pronto se le sumaban oponentes: El primero era el jugador que tenía en
frente (el mejor tenista de los últimos 18 meses), el segundo era su propio
físico (había evidenciado problemas para caminar al empezar el tercer set) y
por último él mismo y a su propia historia (sabía que NO PODÍA PERDER ESTE
PARTIDO!!!). ¡Linda definición se iba a venir che!.
Si
se analiza el partido se llega a la conclusión de que un quiebre de servicio no
hacía la diferencia: hubo 16 break points concretados a lo largo de todo el
partido demostrando las irregularidades en los servicios de ambos “craks”. Sin
embargo esa ruptura por parte de Andy al comienzo esa manga le sirvió para
pasar nuevamente a ganar y así darse ánimo de cara al final. El nacido en Dunblane el 15 de mayo
de 1987 volvió a conseguir la increíble profundidad y precisión del comienzo
del partido con lo que le permitía volver a ser el que tome la iniciativa de
los puntos dejando al de Belgrado más de
una en vez extrema defensa.
“Nole” es
el que sufría con el físico ahora y lo hacía público. Con sus cada vez
menos esporádicas elongaciones demostraba que los músculos no respondían al
100%. A partir del 3-1 Murray comenzó a sentirse cada vez más seguro y en base
a un buen servicio y acertadas devoluciones dejaba otra vez contra las cuerdas
a su amigo con el que se enfrenta desde la época de Juniors. Un nuevo quiebre
dejaba 5-2 y saque al dueño de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de
Londres y estaba a un solo juego de consagrarse, de una vez por todas, campeón
de un Grand Slam. Segundo match point, devolución furiosa de Djokovic que no
encuentra cancha y Murray en cuclillas mirando atónito a su banco parece no
creer el 7-6 (10) 7-5 2-6 3-6 y 6-2 que después de 4 horas y 58 minutos lo
hacía ganador del US Open 2012.
Parece
un gran acierto que el escocés haya elegido a Ivan Lendl como entrenador para
que le trasmita sus experiencias de haber perdido tantas finales y al igual que
como le ocurrió al checo en su increíble carrera conseguir en la quinta su
primer título. Luego habrá que ver si el alumno supera las 8 coronas de GS del
maestro. Además el británico se sumo a Del Potro en el grupo de campeones de
grandes fuera del impresionante tridente que componen Roger Federer, Rafael
Nadal y Novak Djokovic desde 2005. Y como si fuera poco se quedo con el tercer
puesto del Ranking mundial desplazando al lesionado Rafa.
Andy
Murray a partir de hoy pesa muchos kilos menos y no necesito hacer ningún tipo
de dieta para eso. Con este triunfo se pudo sacar una mochila sumamente pesada
que llevaba puesta desde que apareció en el circuito demostrando todo su
talento que lo “condeno” a cargar todas las ilusiones de los británicos
(pioneros de este deporte) que no veían un compatriota en lo más alto de un
Grand Slam desde Perry a mediados de la década del 30. Este chico se
bancó toda esa incomodidad, sobrepuso a las adversidades, no se
rindió y hoy ve como se le abre de par en par esa puerta que lo lleva directo
ese Olimpo del tenis en el que habitan un selecto grupo de colegas que parecen
decirle: “Bienvenido señor Murray, lo estábamos esperando”.
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